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«Alienación y fetichismo: bases para la crítica de la sociedad burguesa y el Estado clasista a escala global»: Antonio Romero Reyes
A primera vista, la riqueza burguesa aparece como una inmensa acumulación de mercancías; y la mercancía tomada aisladamente, como la forma elemental de esta riqueza.
(Marx 1973: 15)
La sociedad capitalista y burguesa nació y se reproduce como sociedad alienada, en un proceso que el capitalismo histórico ha extendido hasta nuestros días a escala planetaria. Por eso, valga la redundancia, la alienación es también un fenómeno mundial. (1) Esta misma categoría puede y debe tener un rol destacado en la explicación de la llamada crisis civilizatoria del capitalismo.
La «aldea global» de la que tanto se habla es ante todo capitalista, está teñida de capitalismo, y de todos sus poros brota capital a través de sus expresiones más fetichistas (mercancías y dinero, cosas y objetos, productos del trabajo). Teniendo esto en cuenta, la alienación tiene que ver con «relaciones, procesos y estructuras», siendo por ende un hecho fáctico, observable y verificable. Con la globalización gran parte del poder del capital descansa justamente en la «asunción acrítica» de la alienación por parte de las multitudes (Soler 2004); alienación que es propalada, inoculada y perpetuada a través del uso de las modernas tecnologías de la información y comunicación. (2)
La mejor manera de honrar a Marx y salir en defensa de su «marxismo» -el marxismo de Marx, no el de los epígonos, vulgarizadores y repetidores- consiste en continuar la gran obra que él dejó inacabada pero abierta a la contribución de las futuras generaciones. (3)
«La competencia como marco de determinación del tiempo de trabajo socialmente necesario en la teoría del valor-trabajo marxista»: Abelardo Mariña Flores
RESUMEN
Las tendencias a la formación de un valor uniforme para cada tipo de mercancía, a la igualación de las tasas de ganancia que reciben los capitales individuales y los capitales sectoriales, lo mismo que a la diferenciación de las tasas sectoriales de ganancia son consustanciales a la determinación del tiempo de trabajo socialmente necesario para la producción de una unidad de cada variedad de mercancía; esto es, son consustanciales a la determinación de la magnitud de valor y, con ello, de la sustancia del valor: el trabajo social abstracto. Estas tendencias son resultado de las relaciones de competencia que son simultáneamente de concurrencia y confrontación que se establecen entre los distintos agentes económicos, entre ellos los múltiples capitales que conforman el sistema económico.
En este trabajo se analiza, en primer lugar, el contenido general de las relaciones de competencia, determinado por las condiciones sociales de producción, distribución -entre ellas, la valorización del capital- y acumulación que, a su vez, determinan las de realización. En segundo lugar, sus tres dimensiones: mercantil, capitalista y mercantil-capitalista. En tercer lugar, sus tres niveles: intrasectorial (micro), general capitalista (macro) e intersectorial (meso). En cuarto lugar, sus tres momentos: producción, circulación (realización) y acumulación (dinámico). Este análisis permite especificar cualitativamente al trabajo abstracto como trabajo humano indiferenciado -sustancia del valor- y cuantitativamente al tiempo de trabajo socialmente necesario -magnitud del valor-, ya no como un supuesto analítico, sino como resultado de la competencia.
«Apuntes sobre la historia de las teorías de la renta: Los Fisiócratas, Adam Smith y David Ricardo en la interpretación crítica de Marx»: David Debrott
Presentación
El presente artículo aborda los principales aspectos de la crítica que Marx formula a la teoría ricardiana de la renta. Para ello se ha tomado como base las Teorías sobre la Plusvalía, también conocidas como «libro IV de El Capital». Dicha obra contiene las lecturas y comentarios que Marx realiza entre enero de 1862 y julio de 1863, las que a su vez son parte de los manuscritos que el autor trabajara entre los años 1861 y 1863, titulados Contribución a la Crítica de la Economía Política, que constituyen el primer proyecto sistemático de El Capital.
Su objetivo es entregar elementos de carácter teórico que permitan comprender, en la actualidad, el funcionamiento de aquellos sectores económicos vinculados a la explotación de recursos naturales y, muy particularmente, el sector minero.
«La acumulación capitalista mundial y el subimperialismo»: Ruy Mauro Marini
La segunda guerra mundial correspondió a la culminación de un largo periodo de crisis de la economía capitalista internacional provocada por el dislocamiento de fuerzas entre las potencias imperialistas y el surgimiento de nuevas tendencias en lo que se refiere a la acumulación de capital, crisis que se manifestó primero a través de la intensificación de la lucha por mercados, que condujo a la primera guerra, y se continuó en la gran depresión de los años treinta. Su resultado más inmediato fue la afirmación de la hegemonía incontrastable de Estados Unidos en el mundo capitalista. Además de permitirle centralizar una enorme tajada del capital dinero internacional (en 1945, el 59% de las reservas mundiales en oro, cifra que alcanzaría el 72% en 1948),1 el conflicto bélico había impulsado en Norteamérica un febril desarrollo económico y tecnológico, al tiempo que le dotaba —gracias al armamento atómico— de una superioridad militar absoluta. La devastación sufrida por las economías capitalistas de Europa y Japón no hacía sino acentuar la posición ventajosa en que se encontraba Estados Unidos.
«Semejanzas de estructura entre la Lógica de Hegel y El capital de Marx»: Enrique Dussel
Cuando trabajaba en la preparación del primer tomo de El Capital, los irascibles, presuntuosos y mediocres… dieron en tratar a Hegel… como un «perro muerto». Me declaré abiertamente, pues, discípulo de aquel gran pensador, y llegué incluso a coquetear aquí y allá en el capítulo acerca de la teoría del valor con el modo de expresión que le es peculiar. La mistificación que sufre la dialéctica en manos de Hegel, en modo alguno obsta para que haya sido él, quien, por vez primera, expuso de manera amplia y consciente las formas generales del movimiento de aquella (El Capital, prólogo a la segunda edición).
Marx leyó la Lógica de Hegel en Londres al escribir los Grundrisse (véase mi obra: La producción teórica de Marx. Una introducción a los : Grundrisse), y hasta se entusiasmó en escribir un folleto popular para explicar a los militantes la importancia de la obra hegeliana. Aquí, brevemente, deseamos indicar (no exponer ni justificar) una hipótesis de trabajo: la extraña semejanza de la estructura de la Lógica de Hegel y de El Capital de Marx.
Dicha semejanza se nos ha ido imponiendo en las repetidas lecturas personales. Desearíamos igualmente, al final, indicar la radical diferencia entre el discurso hegeliano y el marxista, en cuanto a la problemática metafísica de la exterioridad.
«El proceso de metamorfosis del capital global»: Daniel Villalobos Cespedes
RESUMEN
Con el presente artículo el autor se propone establecer los más importantes elementos que conforman las cadenas que articulan el capital global en el modo de producción capitalista. El análisis teórico se basa en las investigaciones y retos económicos de Karl Marx. El autor busca mostrar con álgebra simple cómo puede y debe co-existir el capital productivo y el capital comercial y cómo tal co-existencia puede hacer al capital global históricamente más competitivo.
«Henryk Grossman and the Recovery of Marxism»: Rick Kuhn
Grossman’s return to Marx, in order to overcome the stagnation of Marxist economics, paralleled the recovery by Lenin and Lukács of Marxist politics and philosophy. He shared with them more than a political starting point:
their commitment to the project of constituting the working class as a conscious historical actor. All three also grasped the importance of Marx’s theory of the fetishism of commodities, his method in Capital and the intractability of
capitalist crises. Grossman concentrated his efforts, in particular, on the question of the relationship between capital accumulation and economic crises, which he theorised in two distinct but complementary ways.
«La determinación histórica del modo de producción capitalista y de la clase obrera como sujeto revolucionario, frente a la fragmentación actual de la subjetividad productiva de la fuerza de trabajo»: Juan Iñigo Carrera

Centro para la Investigación como Crítica Práctica (CICP) – Argentina
La cuestión
«No se trata de saber lo que tal o cual proletario, o aun el proletariado íntegro, se propone momentáneamente como fin. Se trata de saber lo que el proletariado es y lo que debe históricamente hacer de acuerdo a su ser.» (Marx, La sagrada familia)
El último cuarto de siglo se ha mostrado particularmente duro con las potencias de la clase obrera para transformar la sociedad. Allí donde la clase obrera había expropiado a los expropiadores, el poder adquirido pareció haberse vuelto contra ella misma. Terminó escapándosele entre los dedos, para ser nuevamente explotada como fuente extremadamente barata de fuerza de trabajo. No le fue mejor en el resto del mundo. Derrota tras derrota, ha visto degradarse las condiciones de trabajo conquistadas tras duras luchas. Sus propios partidos políticos han competido con los neoliberales en ver quien era el campeón en hacerla retroceder.
«El carácter abstracto y social del trabajo en la teoría del valor de Marx» Jaime González Martínez

Introducción
Partiendo de una hipotética economía mercantil simple los distintos trabajos individuales productores de mercancías no tienen directamente un carácter social. No es una propiedad que resulte de una articulación de los distintos trabajos individuales que responda a una asignación o distribución decretada de antemano por la sociedad. Tal carácter sólo torna una propiedad de ellos mediante las mutuas relaciones de sus productos en el intercambio. Por ello mismo, este carácter social no puede ser una propiedad que se revele en su condición de trabajo vivo en el proceso laboral, sino en su condición de trabajo materializado que en la forma mercancía se intercambian unos por otros. De esta manera las relaciones materiales entre las cosas es el proceso en el que al mismo tiempo que el trabajo suprime su carácter individual adquiere la forma del carácter social abstracto. El concepto de trabajo abstracto cobra así el carácter de una categoría histórica y social que expresa la forma del trabajo social en una economía mercantil.
«El trabajo productivo» Isaak Ilich Rubin
La cuestión del trabajo productivo en Marx ha generado numerosos debates y todavía sigue siendo un tema candente dentro del campo de la economía marxista. En el marco de la teoría del valor trabajo Marx desarrollará el concepto de trabajo productivo capitalista con el objeto de desentrañar el carácter específico e histórico que adquiere el trabajo en una economía mercantil fundada sobre la propiedad privada de las unidades de producción.
En consecuencia no se trata de hallar las determinaciones del trabajo en general sino del trabajo en la formación social histórica y específica del capitalismo y más concretamente aquél que posee la propiedad de producir plusvalía.
«A propósito de The limits to capital de David Harvey»: Luz Marina García
Por su calidad y por ser una excelente síntesis del libro de David Harvey «The limits to capital» os adjuntamos la reseña que escrbió en su día Luz Marina García catedrática de la Universidad de La Laguna.
El libro de Harvey, escrito en 1982, ha sido recientemente reeditado Harvey D (2006) “The limits to capital” London, Verso. Existe una traducción de Fondo de Cultura Económica de 1992 que lleva por título “Los límites del capital y la teoría marxista” y de la que es muy difícil conseguir un ejemplar.
«Trabajo abstracto como trabajo en su forma capitalista»: Sergio Cámara
«Dentro de la literatura marxista, podemos distinguir tres escuelas en función de su definición del trabajo abstracto como sustancia del valor. La escuela del trabajo materializado basa su definición en el aspecto tecnológico del trabajo. La escuela del trabajo abstracto (o escuela de Rubin) toma como punto de partida la socialización del trabajo en las relaciones de intercambio de mercancías. Por último, la escuela de la forma del valor parte de la forma del valor y del dinero para su definición. Estas escuelas comparten el error de no considerar al trabajo abstracto como trabajo en su forma capitalista. En contraposición, proponemos una definición de trabajo abstracto derivada de las relaciones sociales de producción capitalistas y, en especial, de la relación capitalista de trabajo. Esta definición está basada en la concepción materialista de la realidad social de Marx. Por último, se analizan brevemente las consecuencias de esta definición de trabajo abstracto sobre la medida, la forma del valor, el “problema de la transformación” y la medición empírica del valor».
«La teoría del trabajo productivo e improductivo»: Diego Guerrero

«Nuestra primera tarea debe ser, por consiguiente, la de demostrar la existencia de una única teoría –multifacética, pero coherente– del trabajo productivo en Marx, desarrollada a lo largo de toda su obra. Por supuesto, esto no excluye la existencia, en sus escritos, de determinadas expresiones oscuras o de frases más o menos problemáticas. Pero, insistamos: su teoría del trabajo productivo e improductivo es totalmente homogénea y coherente. La verdadera dificultad estriba en que esta teoría convive, en su obra, con una teoría colindante, pero diferente, (que analizamos en el capítulo tercero, y que ha pasado generalmente desapercibida): su teoría de la funcionalidad social” relativa (desde el punto de vista de la reproducción social y del crecimiento en términos de valores de uso) de la distribución del”trabajo ligada con cada modo de producción.
«Valor, acumulación y crisis»: Anwar Shaikh
«Shaikh es considerado en los medios académicos anglosajones y europeos como la figura más brillante y original en la puesta al día del marxismo, al cual ha enfrentado a los problemas que azotan tanto a las economías cotemporáneas como a los investigadores económicos de frontera. Así Ernest mandel lo considera el teórico contemporáneo más importante en su campo, mientras que Rudiger Dornbuch, del MIT, se duele del dogmatismo académico que no ha reconocido en su trabajo su gran capacidad de formalización matemática unida a una mentalidad agudamente especulativa, cualidades que, corrientemente, tienden a ser excluyentes»
Del prólogo de Salomon Kalmanovitz
«Marx: Sobre el concepto de capital»: Mario L. Robles-Báez
El capital es la potencia económica, que lo domina todo, de la sociedad burguesa. Debe constituir el punto de partida y el punto de llegada (Marx, 1984b, p. 28).
Es necesario desarrollar con exactitud el concepto de capital, ya que el mismo es el concepto básico de la economía moderna, tal como el capital mismo –cuya contrafigura abstracta es su concepto– es la base de la sociedad burguesa. De la concepción certera del supuesto fundamental de la relación, tienen que derivar todas las contradicciones de la producción burguesa, así como el límite ante el cual ella misma tiende a superarse (ibid., p. 273).
Introducción
En los pasajes anteriores Marx señala claramente el objetivo de su proyecto teórico: el capital en cuanto sujeto de la sociedad capitalista. El resultado de sus investigaciones acerca de la dialéctica del concepto de capital se encuentra en varios de sus manuscritos, algunos de los cuales el mismo Marx publicó después de una profunda relaboración. En El capital, que es su obra más importante, el capital es considerado tanto un concepto simple, el producto lógico de El capital como un todo, como la totalidad de las categorías desarrolladas allí. Sin embargo, después de Marx, para los economistas marxistas ha sido una tarea difícil tener una comprensión plena de este concepto. Esta dificultad es evidente por la ya larga y continua controversia acerca de sus diferentes momentos constitutivos y el método dialéctico de su estructura teórica desarrollados en El capital.
























