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Posts Tagged ‘Teoría del Estado’

«The necessary reconstitution of the historical dialectic»: István Mészáros

13/03/2013 Deja un comentario

AS WE know, the modern state was not formed as a result of some direct economic determination, as a mechanical super-structural outcrop, in conformity to a reductivist view of the sup-posedly one-sided material domination of society, as presented in the vulgar Marxist conception of these matters. Rather, it was dialectically constituted through its necessary reciprocal interaction with capital’s highly complex material ground. In this sense, the state was not only shaped by the economic foundations of society but it was also most actively shaping the multifaceted real-ity of capital’s reproductive manifestations throughout their his-torical transformations, both in the ascending and in the de-scending phase of development of the capital system.

In this complex dialectical process of reciprocal interchange the historical and the transhistorical determinations have been closely intertwined, even if in the course of the capital system’s descending phase of development we had to witness a growing violation of the historical dialectic, especially under the impact of the deepening structural crisis. For the defence of the estab-lished mode of societal reproduction at all cost, no matter how wasteful and destructive its impact by now even on nature, can only underline the historical anachronism and the corresponding untenability of a once all-powerful mode of productive societal reproduction, which tries to extend its power in a “globalized form” at a time when the absolute systemic limits of capital are being activated on a global scale.

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Audio de la presentació del llibre «Nuestro Marx» de Néstor Kohan a la conferència inaugural de la UCPC 2011

04/03/2013 1 comentario

L’exposició es va centrar en l’explicació sintètica del darrer llibre de Kohan “Nuestro Marx”, producte de les discussions a la Càtedra Libre Ché Guevara. Entre altres, també va realitzar una crida a la necessitat de formació teòrica per tal d’orientar una bona praxis política comunista i contra la fragmentació del coneixement.

 Crònica de la conferència

Prologat per membres de les FARC-EP, el llibre té com a objectiu la crítica dels “paradigmes” intel·lectuals que han dominat el pensament acadèmic des de mitjans dels vuitanta, d’una banda; i d’altra, fer una crítica explícitament diferenciada de les tradicions dels marxisme, és a dir, de les elaboracions de Marx divulgades i defensades per diferents famílies de l’esquerra pretesament rupturistes o transformadores.

Les anomenades “metafísiques post” (postmodernisme, postmarxisme, postestructuralisme i multiculturalisme) s’han de contextualitzar com a productes teòrics de la derrota de les revoltes del 68. Segons Kohan, aquestes van fer de la debilitat virtut tot apujant la fallida conjunctural com a teoria que va renunciar a la conquesta del poder i a l’enfrontament de l’Estat, això sí, sota una “gestualidad pseudolibertaria y una cierta inspiración en los relatos antiutópicos como 1984”.

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«Anti-manual para uso de marxistas, marxólogos y marxianos»: Ludovico Silva

25/02/2013 Deja un comentario

En el Antimanual Para Uso de Marxistas, Marxólogos y Marxianos, Ludovico Silva nos invita a re-descubrir la esencia de la filosofía de Karl Marx desde su lectura directa, separándonos así de los dogmas y las máximas irrevocables equivocadamente expuestas –e impuestas- en los antiguos manuales marxistas soviéticos que se han mantenido vigentes a través del tiempo.

“Hace algún tiempo tuve la oportunidad de combatir, en un periódico venezolano, con uno de estos doctores de la iglesia marxista. En un arranque de originalidad, este doctor decía: «el marxismo es la ciencia que utiliza el método dialéctico en el estudio de los fenómenos sociales». Después de haberse buscado una frase como esa, extraída de algún manual soviético, la dejó caer ante mis narices como quien deja caer las tablas mosaicas de la Ley de Dios. Yo le pregunté ingenuamente si él sabía en verdad lo que era la dialéctica, y por supuesto, no me respondió nada. «La dialéctica es el método marxista», repetía sin cesar el loro intelectual.”

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«The nature of the bourgeois state and its place in liberal political thought»: Werner Bonefeld

22/02/2013 Deja un comentario

The radical academic and founder of the ‘Open Marxism’ school spoke at the CPGB’s weekend school on the Fundamentals of political econmy on January 21-22 2012 in London. Werner spoke on «The nature of the bourgeios state and its place in liberal political thought»

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«La teoría marxista hoy Problemas y perspectivas»: Atilio A. Boron, Javier Amadeo y Sabrina González (compiladores)

18/02/2013 Deja un comentario

Elmar Altvater; Javier Amadeo; Perry Anderson; John Bellamy Foster; Daniel Bensaïd; Atilio A. Boron; Alex Callinicos; Marilena Chaui; Terry Eagleton; Francisco Fernández Buey; Sabrina González; Pablo González Casanova; Eduardo Grüner; Frigga Haug; Franz Hinkelammert; François Houtart; Edgardo Lander; Michael Löwy; Ellen Meiksins Wood; María Rosa Palazón Mayoral; Adolfo Sánchez Vázquez

ISBN 987-1183-52-6
Buenos Aires: CLACSO, agosto 2006
(23 x 16 cm) 512 páginas

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«¿Podría Keynes poner fin a la crisis? Presentando el multiplicador marxista»: Guglielmo Carchedi

11/02/2013 2 comentarios
Para Marx, la causa inmediata de la crisis es la caída de la tasa media de ganancia (ARP). 1 Un número creciente de estudios han demostrado que esta tesis no sólo es lógicamente consistente, sino que también es apoyada por un material empírico sólido y en crecimiento. 2 Si la decreciente rentabilidad es la causa del desplome, el desplome sólo terminará si la rentabilidad de la economía, se embarca en una senda de crecimiento sostenido. Entonces, la pregunta pertinente es: ¿pueden las políticas keynesianas restaurar la rentabilidad de la economía? ¿Pueden poner fin al desplome?
Para empezar, ¿cuáles son las políticas keynesianas? En primer lugar, son políticas económicas inducidos por el estadoEn segundo lugar, pueden ser políticas de redistribución o políticas de inversión. En tercer lugar, deben ser financiadas por el capital financiado y no financiadas por el trabajo. Si son financiadas por el trabajo, son políticas neoliberales. En cuarto lugar, en el caso de las políticas de inversión inducidas por el estado, pueden ser tantociviles (principalmente en obras públicas como carreteras, escuelas, hospitales, etc, con el fin de evitar la competencia con los sectores privados que ya están experimentando dificultades económicas) o militares. No voy a tratar del «keynesianismo militar», porque en la actualidad esto no es lo que los economistas keynesianos proponen para poner fin a la crisis. Algunos podrían pensar que una guerra de este tipo podría ser la única manera de salir de la depresión. Esta es una admisión abierta de la monstruosidad de este sistema. Pero entonces ¿por qué salvarlo? Entonces lo que sigue se refiere sólo a las políticas keynesianas civiles.

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«Gramsci y el Marx desconocido»: Nicolás González Varela

01/02/2013 Deja un comentario

Si se quiere conocer a Marx hay que buscarlo

especialmente’ en sus obras auténticas

publicadas bajo su directa personalidad.”

(Antonio Gramsci, 1930)

¿Cómo describir físicamente a Gramsci?

Imaginemos el cuerpo débil de un pigmeo,

y sobre este cuerpo, la cabeza de Dantón”

(Sandro Pertini, 1986)

Es un vulgar cuaderno escolar a rayas, de formato comercial en ochenta hojas, en cada página hay veintiún líneas; cubierta de cartulina rígida, forrada en tela de sospechoso color rojo. En cada página hay una numeración correlativa hecha con pluma en tinta verde, lleva un sello burocrático y ominoso: “Casa Penale Speciale di Turi” (Casa Penal Especial de Turi), un lugar de reclusión en Bari del Stato Totale. El detenido es el preso Nº 7047, un tal Antonio Gramsci, arrestado desde 1926 cuando ejercía como diputado y al mismo tiempo como Secretario General del Partido Comunista. Un Tribunal político especial le condena en 1928 a 20 años, cuatro meses y cinco días de reclusión. Estará cuatro años en la gris celda de Turi, hasta ser liberado por razones de salud el 21 de abril de 1937, muriendo pocos días después en la clínica privada “Quisisana” de Roma. Será allí donde escribirá la mayoría de sus famosos (¿y retocados para la posteridad por el equipo de Togliatti?) Quaderni dal carcere,1 formidable trabajo político, filosófico e histórico en lenguaje esópico.2 Leer más…

«Gramsci e a Comuna de Paris»: Carlos Nelson Coutinho

30/01/2013 Deja un comentario

Gramsci e a Comuna de Paris
Prof. Carlos Nelson Coutinho
Setembro/2011
UFRJ
Evento: Seminário de 140 Anos da Comuna de Paris

 

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«Apuntes para una discusión sobre El orden de El Capital»: Luis Alegre, Carlos Fernández Liria, Eduardo Maura y Jacobo Muñoz

14/01/2013 1 comentario
Pasajes. Revista de Pensamiento contemporáneo
En enero de 2010, Carlos Fernández Liria y Luis Alegre Zahonero publicaron El orden de El Capital (Madrid, Akal). Aunque su programa filosófico —centrado en torno al diálogo posible entre marxismo e Ilustración, o más específicamente, entre un Kant republicano y Marx— ya había sido expuesto en publicaciones anteriores, tales como Educación para la ciudadanía. Democracia, capitalismo estado de derecho (Akal, 2007), es en este libro donde los autores aspiran a fundamentar su trabajo filosófico. En líneas generales, Carlos Fernández Liria y Luis Alegre persiguen reconstruir el texto marxiano desde un punto de vista republicano, partiendo de dos hipótesis generales: (1) la ideología liberal ha hecho grandes esfuerzos por vincular las formas “estado de derecho” ―en el sentido liberal de estado de derecho, a saber, la protección de las fronteras y de la propiedad privada―, “capitalismo” y “libertad”; y (2) la tradición marxista —esto es, con la debidas reservas histórico-políticas, los partidos comunistas y, más específicamente, la marxología tradicional— ha descartado injustamente las figuras del estado de derecho, la libertad civil y el imperio de la ley, dando la razón a la tesis liberal. Esta decisión es considerada como un error fatídico. En este sentido, los referentes polémicos del libro son: (1) la presunta «unidad indisoluble de derecho y capitalismo» y (2) la idea de que el concepto de derecho «tal como es codificado por los autores de la Ilustración, no sería más que la codificación del individualismo burgués, y por lo tanto, tendría que ser superado».Se parte, por tanto, de que el vínculo entre capitalismo y libertad, por un lado, y entre capitalismo y derecho, por el otro, es un artefacto ideológico del liberalismo, más concretamente, del neoliberalismo de raigambre friedmaniana. Todo ello conduce a sostener que el capitalismo es incompatible con la imagen jurídico-política que proyecta: libertad económica, libertad política, capitalismo y estado de derecho serían no ya caras de la misma moneda, sino figuras esencialmente antagónicas. ¿Por qué la tradición marxista, sin embargo, ha optado por dar la espalda a los conceptos fundamentales de la tradición ilustrada, señalando sólo su condición “burguesa”? ¿A qué aporías ha conducido esta decisión, la cual no es menos teórica que práctica? A lo largo del libro, sus autores revisan algunas problemáticas básicas del pensamiento marxiano tomando pie en referentes más o menos clásicos (Louis Althusser en Francia y Felipe Martínez Marzoa en España) para, finalmente, emprender el camino de hacer la filosofía práctica de Kant no sólo compatible con Marx, sino productiva para un proyecto político emancipatorio. En este sentido, puede decirse que El orden de El Capital constituye una novedad en los estudios marxianos en España. Para discutir estas cuestiones, entre otras controversias políticas y filosóficas, presentamos esta entrevista 1 . Leer más…

«Para leer a Spinoza»: Francisco Fernández Buey

31/12/2012 Deja un comentario

Baruch Spinoza nació en Ámsterdam el 24 de noviembre de 1632 y murió en La Haya el 21 de febrero de 1677. Procedía de una familia de judíos sefardíes inmigrantes de la península ibérica y fue educado en la comunidad judía de la ciudad holandesa en una época de considerable influencia del calvinismo. En su juventud leyó a algunos de los escolásticos españoles y las obras de la filosofía judía medieval. Pero en su formación entran también la lectura de Descartes y de Hobbes, cuya influencia se percibe respectivamente en lo que serían su ontología, su teoría del conocimiento y su teoría política. También se relacionó con algunos representantes de las heterodoxias judías españolas. Debido a esto último, en 1656, Spinoza fue expulsado de la comunidad judía ortodoxa y desterrado de la ciudad. Se tiene noticia de una Apología para justificarse de su abdicación de la sinagoga, escrita en español ese mismo año, que se ha perdido.

Después de la expulsión de la sinagoga Spinoza vivió primero en las afueras de Ámsterdam. Allí, para ganarse la vida, trabajó en el pulido de lentes para observaciones astronómicas y entró en relación con cristianos liberales también considerados heterodoxos. Para ellos o por la solicitud de estos librepensadores cristianos, entre los que tuvo varios discípulos, escribió Spinoza, hacia 1660, su primera obra conocida: una Tratado corto sobre Dios, el hombre y la salvación de su alma. Este Tratado corto avanzaba, aunque con una forma distinta (en parte dialogada), algunas de las ideas centrales de lo que sería su Ética. Al parecer, se lo dictó a algún alumno discípulo y el Tratado corto quedó inconcluso. No se publicó en vida de Spinoza, aunque circularon copias entre los próximos.

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«Instrumentos de la política»: Marta Harnecker

21/12/2012 Deja un comentario

Este texto es la trascripción de una charla filmada de Marta Harnecker sobre el tema. La autora sólo ha añadido aclaraciones sobre algunos términos y algunas pequeñas correcciones y precisiones, y ha usado una forma particular  de cortar las líneas para facilitar la lectura de aquellas personas poco habituadas a leer. Se podrá encontrar una ampliación de las ideas aquí desarrolladas en diferentes libros de la autora. Una selección de esta bibliografía se encuentra a continuación del índice.

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«¿Estado o comunidad?»: Enrique Dussel

29/10/2012 4 comentarios
Pareciera que las comunidades de los pueblos originarios actuales en América Latina pudieran desarrollar un modelo democrático político más adecuado que la forma de Estado burgués moderno. Tal posición es defendida por aquellos que piensan que la disolución del Estado es condición de posibilidad de un ejercicio justo de la política.

En su última obra, Commonwealth, Antonio Negri considera nuevamente la forma Estado como una institución propia de la modernidad burguesa (lo mismo que J. Holloway y otros intelectuales) que hay que superar para iniciar lo que pudiera llamarse propiamente la política.

Esta tesis, como es sabido, fue defendida por el anarquismo (como el de Bakunin). K. Marx se opuso a este último en el sentido de que desde el campo social, por la lucha de clases en el nivel económico, había que superar a) el trabajo asalariado y b) el capital como condición de posibilidad de c) la disolución del Estado, y no por una lucha política directa (como los anarquistas) contra el Estado.

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«Derecho, Estado y propiedad / La libertad republicana contra la concepción liberal del Estado»: Luis Alegre Zahonero, Carlos Fernández Liria & Daniel Iraberri Pérez

10/10/2012 1 comentario
Hay muchas formas de matar:
Pueden meterte un cuchillo en el vientre.
Quitarte el pan.
No curarte de una enfermedad.
Meterte en una mala vivienda.
Empujarte hasta el suicidio.
Torturarte hasta la muerte por medio del trabajo
Llevarte a la guerra…
Solo pocas de estas cosas están prohibidas en nuestro Estado.
Bertolt Brecht, Me-Ti. El libro de los cambios, 1937.

Desde sus orígenes, para la corriente principal de la tradición marxista el aparato del Estado no ha sido «nada más que» una herramienta de explotación y dominación de clase. En este sentido, como es lógico, la discusión sobre cuándo y cómo cabría lograr la abolición del Estado ha sido una constante.1

A este respecto, hay que empezar sin duda reconociendo que ya en Federico Engels, en Vladimir I. Lenin e incluso en el propio Carlos Marx (aunque en menor medida) es posible encontrar indicaciones en torno a la necesaria abolición del Estado. En Engels podemos hallar las indicaciones más nítidas al respecto. Así, por ejemplo, en una carta a Augusto Bebel de marzo de 1875 considera absurda la mera idea de un «Estado libre»:

Siendo el Estado una institución meramente transitoria que se utiliza en la lucha, en la revolución, para someter por la violencia a los adversarios, es un absurdo hablar de un Estado libre del pueblo: mientras el proletariado necesite todavía el Estado, no lo necesitará en interés de la libertad, sino para someter a sus adversarios, y tan pronto como pueda hablarse de libertad, el Estado como tal dejará de existir. Por eso, nosotros propondríamos emplear siempre, en vez de la palabra Estado, la palabra «comunidad» (Gemeinwesen), una buena y antigua palabra alemana que equivale a la palabra francesa «commune».2

«La democracia no se justifica si no asegura la vida» Entrevista a Enrique Dussel

16/04/2012 1 comentario

Entrevista realizada por
Israel Covarrubias

En algunos debates recientes se insiste mucho sobre la necesidad de tener una izquierda “moderna” y “liberal”. Sin embargo, pareciera que con ello, en realidad estaríamos hablando de una trampa semántica en el sentido de que si una formación política de izquierda fuera liberal la volvería, por el simple hecho de ser liberal, también democrática. Más aún, parece que la trampa se revela con más agudeza cuando se cree que ser liberal es que el Estado no meta las narices donde supuestamente no lo llaman, y de este modo tener la posibilidad de desarrolar “las libertades” en un lugar distinto al del orden estatal. ¿Cómo salir de esta trampa?

—Garantizar libertades sería la política perfecta, pero si fuéramos nosotros perfectos, lo cual supondría que seríamos dioses prácticamente y eso es imposible. Igual que el reino de la libertad, está el reino de la economía. La economía perfecta sería tiempo de trabajo cero, pero sería un principio de imposibilidad, ya que lo perfecto es lo que no puede superarse. La economía perfecta sería tiempo cero, en el reino de la libertad, no trabajaríamos más. Estaríamos dedicados a la cultura, al arte, a todo. Pero como es imposible, nos dice Marx, nos acercamos disminuyendo la jornada de trabajo. Entonces, en vez de ocho horas, seis horas, cinco horas, cuatro horas… Cada vez tenemos más tiempo para otras cosas, pero al tiempo cero nunca llegaremos. Es decir, siempre será el reino de la necesidad —lo dice en el Tomo III de El Capital—. Entonces, hay cuestiones, en efecto, fundamentales en el debate sobre la política como lo es el tema del Estado, y es en esas cuestiones donde están contenidos los mayores equívocos acerca de la libertad, como lo fue en su momento la creencia en la existencia del comunismo y la transición. Ésta última es un postulado y una estupidez, ya que el postulado es imposible, pues no se transita a…, lo que hay son sistemas más justos, que son criticados desde un ideal perfecto, y eso cambia toda la política.

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“Los movimientos populares deben ser el embrión del poder popular”: Boltxe entrevista a Iñaki Gil de San Vicente

28/03/2012 Deja un comentario

No hace falta hablar sobre la figura de Iñaki Gil de San Vicente y las aportaciones que viene haciendo desde hace años al marxismo vasco. Iñaki ha estado en Bilbo en el marco de las jornadas de debate organizadas por IPES y en Boltxe hemos aprovechado para hablar con el y plantearle algunas cuestiones.

Planteas la recuperación del termino «pueblo trabajador». Nos puedes comentar por qué esa necesidad?

El término de «pueblo trabajador» aparece muy pronto en la historia de la lucha socialista, y su uso se amplía conforme la lucha de clases va tomando contenido y forma de lucha de liberación nacional anticolonial y antiimperialista. Como se ve, hablo de contenido y de forma, no de sólo de forma. Es cierto que una lectura mecanicista del Manifiesto del Partido Comunista, escrito por Marx y Engels en 1848, parece avalar la tesis de que la lucha de clases tiene exclusiva y únicamente un contenido internacional en todos los países, siendo sólo su forma la que muestra su especificidad nacional. Sin embargo una lectura dialéctica y por tanto contextualizada de esta obra, muestra que, primero, las interrelaciones entre contenido y forma, entre lo social y lo nacional, en las luchas concretas que se libraban en cada país por aquellos años son mucho más complejas y estrechas; segundo, el Manifiesto habla explícitamente de otro modelo de nación diferente al burgués; tercero, el marxismo es una teoría que se enriquece con el tiempo, y en este sentido decisivo, que el doctrinarismo dogmático desprecia, conviene leer la presentación de la edición italiana de 1893, en donde Engels dice que: «Sin la restauración de la independencia y de la unidad de cada nación, no hubiese podido llevarse a cabo la unificación internacional del proletariado…»; y, cuarto, la evolución posterior del marxismo ha ido resaltando la fusión dialéctica entre lo nacional y lo social, y de manera explícita en lo teórico desde 1920-1921.

Me he detenido en este enriquecimiento porque muestra que el contenido de liberación nacional de la lucha de clases surge del contenido de opresión nacional del imperialismo. En la medida en la que el capital multiplica la explotación y la mercantilización del mundo para intentar aumentar su tasa medida de beneficios, en esa medida debe aplastar a las «naciones trabajadoras», tal como las denomina Marx, a los «pueblos trabajadores» tal cual aparece en los documentos de la Internacional Comunista. Conforme aumenta la explotación aumentan los colectivos humanos explotados directamente mediante el trabajo asalariado, o indirectamente con formas no asalariadas, o a tiempo parcial, etc. La complejización productiva y la multidivisión del proceso económico no responden sólo a la ciega necesidad de aumentar la producción, sino también a la de fraccionar a la clase obrera y a la de aumentar lo que han denominado muy correctamente como «proletario global explotable».

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