«Ethos y colonialidad en América Latina. (Un debate hipotético entre Bolívar Echeverría y Aníbal Quijano)»: Jaime Ortega Reyna y Victor Hugo Pacheco Chávez
La controversia sobre las características que asumió la modernidad en América Latina es un debate abierto, que se ha inscrito ya como una línea de investigación sobre cuestiones estéticas, políticas e ideológicas de nuestro tiempo (Vargas, 2007: 89.98). Si bien han pasado los años en que se discutía sobre si alguna vez se había instalado la modernidad en América Latina (Veraza, 1997), o si era pertinente el concepto «posmodernidad» (el cual parecía inherente a la forma identitaria latinoamericana) para esa región (Santos, 1998, Arriarán, 1997), lo que parece sigue vigente, como una fuente de derrotero, es aquella discusión que se deriva de la pregunta : ¿cuál ha sido el desarrollo de la modernidad y el capitalismo en esta región? Así, pues, el campo queda más restringido al desarrollo de ambos conceptos en una realidad histórica.
Actualmente el debate sobre los orígenes y desarrollo de la modernidad, más allá de la filosofía latinoamericana, conserva una fuerte presencia eurocéntrica, lo cual no ha impedido que existan conocidas interpretaciones que polemicen y desmonten esta visión dominante. Quizá una de las más conocidas sea la de Enrique Dussel (Jameson, 2004: 27 y 28); sin embargo, aunque el filósofo argentino-mexicano es uno de los personajes que más ha contribuido a plantear una teoría de la modernidad desde América Latina y ha derivado su propuesta hacia lo que él denomina «transmodernidad» (Dussel, 2004-2005: 18), no ha sido el único en latinoamericano en afrontar la cuestión. Aunque existen muy variadas intervenciones en este campo problemático, envocaremos nuestra atención en dos intelectuales: Bolívar Echeverría y Aníval Quijano.
Ambos han discutido temas relacionados con la modernidad, el capitalismo y la identidad latinoamericana, y lo han hecho desde finales de los años ochenta y principio de los años noventa del siglo anterior, en el auge del neoliberalismo, de la teoría posmoderna y de las múltiples crisis del marxismo. En su formulación han recorrido sendas similares. Su crítica de la modernidad parte de la que en su momento inició la Escuela de Frankfurt; y ambos han recuperado los postulados de la teoría del sistema-mundo para hablar del desarrollo del capitalismo en América Latina e incluso han sido invitados en varias ocasiones a participar en Fernand Braudel Center. Sin embargo, más allá de estas similitudes generales, en una lectura más detenida, también es claramente perceptible el hecho de que hay sendas distintas en su evaluación de la modernidad latinoamericana y su relación con el capitalismo. Lo que en un principio parece punto de confluencia, más tarde se torna un gran distanciamiento.
A pesar de que existen temas y reflexiones en común, no existió nunca un diálogo o debate entre ambos autores. Quizá porque las diferencias son más fuertes y determinantes, al tener ellas que ver con la conceptualización sobre la configuración de la identidad latinoamericana que se da a través de a imbricación entre modernidad y capitalismo en la época de la conquista; es decir, si las bases de nuestra identidad están fundadas en el mestizaje o en la colonialidad.
En este panorama el presente artículo se propone analizar los derroteros que han tenido las discusión sobre la modernidad y el capitalismo en América Latina.
Fuente: Dialéctica