«El fetichismo en las cuatro redacciones de El capital (1857-1882)»: Enrique Dussel
Se ha insistido con razón en la importancia de los escritos juveniles de Marx, en especial en los Manuscritos del 44. Por nuestra parte, sin embargo, hemos querido concentrarnos de manera especial en el Marx tardío, en Londres, desde que comienza sus cuadernos llamados los Grundrisse. Allí encontramos, según nuestra interpretación, un Marx antropológico (si no se lo quiere denominar humanista), ético, filósofo pleno, con creciente influencia de un Hegel que «invierte», aunque de manera muy sui generis, como lo hemos mostrado en la última de las obras nombradas. Por ello, entonces, recorreremos las cuatro redacciones de El Capital, desde 1857 a 1880 (y hay aún otras obras hasta 1882), para «situar» –de ninguna manera agotar– el tema del fetichismo en ellas. Creo que hay nuevos descubrimientos en la lectura que hemos hecho, por ejemplo, al tomarse concien- cia de que el parágrafo 4 del capítulo 1 del libro I de El Capital de 1873 es el último texto escrito y editado de El Capital. Esto da todavía mayor importancia a la cuestión del fetichismo. Pareciera que, en estos trabajos de Marx, desde los Grundrisse, pasando por la Contribución, los Manuscritos del 61- 63, hasta el capítulo VI inédito (de los Manuscritos del 61-63), y, por último, en el libro I de El Capital, poco o nada hubiera sobre religión en comparación a lo escrito en su juventud. Sin embargo, es en este tiempo cuando se desarrolla por vez primera la cuestión del fetichismo de manera sistemática y explícita, como crítica religiosa (y aun teológica, como veremos desde el capítulo 5) antifetichista del capital.
El fetichismo en las cuatro redacciones de El capital (1857-1882)