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Archive for the ‘Socio-ecología marxista’ Category

«¿Era Marx eco-socialista?: Una respuesta a Kohei Saito»: Daniel Tanuro

27/01/2020 Deja un comentario

El libro de Kohei Saito «Marx’s ecosocialism” [El ecosocialismo de Marx] es una contribución esencial a los debates en curso sobre el marxismo y la cuestión medioambiental 1/.

Lo que hace que el trabajo de Kohei Saito sea particularmente interesante es que traza la evolución del pensamiento de Marx desde una visión «productivista» hasta una visión «antiproductivista» del desarrollo humano, incorporando en particular los límites naturales a las perspectivas de la agricultura. Este enfoque histórico permite al autor trascender las disputas entre marxistas que ven la ecología de Marx como un vaso vacío, medio vacío, medio lleno o lleno.

Gracias a una lectura cuidadosa de los Notebooks (Cuadernos) de Marx, Saito muestra brillantemente cómo Marx abandonó la idea de que la productividad agrícola podría aumentar indefinidamente bajo el socialismo para llegar, en 1865-1868, a la conclusión opuesta de que solo el socialismo podría detener el tendencia capitalista absurda y destructiva al crecimiento ilimitado.
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«Socialismo y ecología»: Raymond Williams

27/01/2020 Deja un comentario

Introducción

Algunos llevamos los últimos años reflexionando sobre el socialismo ecológico, aunque el concepto sea un poco enrevesado. Sin embargo, en muchos países y a un ritmo cada vez mayor, se intenta unir dos formas de pensamiento que, evidentemente, son muy importantes en nuestro presente; pero no se trata de una tarea ni mucho menos fácil. Hay una serie de cuestiones que debemos abordar, tanto en términos prácticos para la actualidad como en la forma en la que se han desarrollado los diferentes corpus de ideas.

Resulta irónico que el inventor del concepto de ecología fuera el biólogo alemán Haeckel, en la década de 1860, y que este tuviera una influencia significativa en el movimiento socialista en toda Europa a principios de este siglo [el siglo XX, N. del. T.]. De hecho, según Lenin su influencia había sido enorme, pero no en lo que hoy entendemos por ecología, por mucho que fuese invención de Haeckel; su obra fue influyente porque se trataba de un relato materialista del mundo natural y, entre otras cosas, de un relato fisiológico del alma que encontró su lugar en el encarnizado debate sobre la relación entre el socialismo y la religión y otros sistemas éticos, un debate primordial en el movimiento socialista de aquel entonces. De modo que, aunque en aquella época existía una relación entre cierta versión de la ecología y cierto problema del socialismo, actualmente no tiene mucha importancia. Sin embargo, si vamos más allá de dicho término en particular —ecología— y observamos el tipo de cuestiones que ahora representa de una manera amplia, podemos encontrar una relación muy complicada a principios del siglo XIX y, en particular, desde la revolución industrial. Las relaciones de ese tipo de pensamiento con el pensamiento socialista han sido y siguen siendo importantes, polémicas y complicadas.
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«Marx y el ecosocialismo»: Michael Löwy

15/07/2019 Deja un comentario

[Reseña del libro Karl Marx’s Ecosocialism – Capitalism, Nature, and the Unfinished Critique of Political Economy, Kohei Saito, Nueva York: Monthly Review Press, 2017, 308 páginas].

Las principales corrientes ecologistas rechazan a menudo a Karl Marx por considerarlo productivista y ciego ante los problemas ecológicos. Recientemente se ha desarrollado en EE UU un cuerpo creciente de escritos ecomarxistas que contradice claramente este lugar común.

Los pioneros de esta nueva línea de investigación fueron John Bellamy Foster y Paul Burkett, seguidos de Ian Angus, Fred Magdoff y otros. Ellos contribuyeron a convertir la Monthly Review en una revista ecomarxista. Su principal argumento es que Marx era muy consciente de las consecuencias destructivas de la acumulación capitalista para el medioambiente, un proceso que describió con el concepto de brecha metabólica. Se puede estar en desacuerdo con algunas de sus interpretaciones de los escritos de Marx, pero su investigación fue determinante para una nueva comprensión de su contribución a la crítica ecológica del capitalismo.

Kohei Saito es un joven académico marxista japonés que forma parte de esta importante escuela ecomarxista. Su libro, publicado por Monthly Review Press, es una valiosa contribución a la reevaluación del legado marxista desde una perspectiva ecosocialista.  Leer más…

«Colapsología: todas las derivas ideológicas son posibles». Entrevista a Daniel Tanuro

15/07/2019 Deja un comentario

Los muchos efectos del cambio climático están frente a nuestros ojos. La naturaleza no lineal de este proceso hace que las proyecciones futuras sean inciertas, pero no hay duda de que el modelo económico dominante es una de las causas principales. Daniel Tanuro, ingeniero agrónomo y autor de El imposible capitalismo verde, defiende una alternativa ecosocialista: una ruptura radical con el productivismo, que durante mucho tiempo ha permeado las corrientes socialistas mayoritarias. Pero desde la emergencia hasta el desastre, a veces existe solo un paso, que la colapsología cruza sin dudar: sus partidarios dirán que el colapso de la civilización que conocemos tendrá lugar en un futuro muy próximo, y que ya es demasiado tarde para actuar sobre ello. Tanuro cree que están equivocados: lo discutimos.  Leer más…

«Lucha de clases sin clase en el antropoceno»: X. López

11/04/2019 1 comentario

En las últimas tres décadas el capitalismo ha conquistado hasta el último rincón del planeta. Los partidos, sindicatos o Estados que en principio se oponían a ese avance ya no existen, están en sus horas más bajas o se han integrado completamente en la lógica capitalista. El fascismo asoma de nuevo la cabeza, esta vez sin ser la respuesta a una amenaza revolucionaria. Los límites internos del capitalismo no llevaron a su derrumbe, sí a hacer de la crisis y la precariedad la nueva normalidad. El cambio climático nos acerca a los límites externos, absolutos, del capitalismo: nuestro presente son las extinciones incontroladas, los efectos meteorológicos extremos, pérdidas de cosechas, la subida del nivel del mar, las migraciones masivas. Nuestro futuro cercano, si no lo evitamos, puede ser la desaparición de la civilización humana compleja en la Tierra.

Un relato socorrido a la hora de explicar esta victoria total del capitalismo es el de la ausencia de la clase. Los éxitos del siglo XX estaban basados en una visión, un programa, una organización de clase. Su declive coincide con nuestra derrota, y con la victoria de nuestro enemigo. Las explicaciones pueden ser más o menos afortunadas (normalmente menos: traiciones, conspiraciones, el socorrido comodín del posmodernismo…), pero la coincidencia temporal tiende a sugerir a muchos una conexión causal.  Leer más…

«Reificación y Cosificación: Categorías Básicas de la Teoría de la Reificación y la Cosificación de Marx y su Construcción Lógica»: Tomonaga Tairako

05/03/2019 Deja un comentario

1.- Reificación y Cosificación (Versachlichung und Verdinglichung)

En este artículo, intentaré establecer las categorías básicas que constituyen la teoría de la reificación (Versachlichung) y la cosificación (Verdinglichung) en Marx. A su vez, daré cuenta de su construcción lógica con el objetivo de reconsiderar el real significado de estas teorías.

La lengua alemana tiene dos palabras para referirse al término “cosa”, a saber, Sache y Ding. Estas palabras tienen diferentes significados incluso en el alemán cotidiano de hoy en día: Sache mienta materia, negocio, caso, causa (política o social), en breve, algo que debe su existencia a un trasfondo de relaciones sociales complejas, mientras que Ding refiere a la cosa material o natural. Marx considera la esencia común de la mercancía, dinero y capital en tanto una inversión fenoménica de las relaciones entre las personas en relaciones entre cosas (Sachen). En esta etapa, la mistificación de las relaciones económicas se encuentra en un primer estadio, por cuanto la cosa (Sache) como tal representa una relación social. Sin embargo, cuando la conversión da un paso más desde Sache a Ding, la dimensión de las relaciones entre las cosas (Sachen) es removida, y la cosa (Ding) se muestra sólo en tanto portadora de diferentes propiedades. Para ilustrar esta segunda fase de conversión utilizaremos el siguiente ejemplo: la ganancia, el interés y la renta de la tierra son en esencia nada salvo diferentes formas fenoménicas de plus-trabajo objetivado que el capital industrial extrae gratuitamente de los trabajadores asalariados. Sin embargo, en el nivel de la superficie fenoménica, sus relaciones con el plus-trabajo de los productores directos son completamente removidas; ahora los medios de producción, el dinero y la tierra aparecen como si estuvieran por naturaleza dotados con la habilidad de espontáneamente generar ganancia, interés y renta como si fueran sus propios frutos. En su última fase, este tipo de mistificación de las relaciones económicas se denomina cosificación (Verdinglichung), que significa la conversión de Sache en Ding, y que se diferencia conceptualmente de la reificación (Versachlichung), que mienta la conversión de la persona en cosa (Sache).

Ahora, explicaré el desarrollo conceptual de la reificación y la cosificación en relación con las mercancías.    Leer más…

«Releyendo a Marx ante el siglo de la gran prueba: fetichismo, termodinámica y crisis socioecológica»: Emilio Santiago Muiño

05/03/2019 Deja un comentario
RESUMEN
Este artículo analiza la vigencia de las coordenadas marxianas, interpretadas des de la óptica de las nuevas lecturas de Marx, en un siglo en el que la crisis socioecológica se ha convertido en el desafío histórico central. Partiendo de una revisión de la recepción ecologista de la obra de Marx, tanto por parte del marxismo como de la economía ecológica, se defiende que la conexión entre teoría del valor y fetichismo en Marx es esencial para explicar la tautología autodestructiva del capitalismo. Pero simultáneamente se detectan, a la luz de los aportes de ciencias como la termodinámica, inconsistencias importantes en el planteamiento marxiano. Estas obligan a replantear algunos de los presupuestos fundamentales del proyecto emancipador socialista, concebido bajo la influencia de mitos y expectativas propias de la fase ascendente de la industrialización, que ya han quedado ecológicamente refutados.

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«Ganancia, Elasticidad y Naturaleza»: Kohei Saito

26/11/2018 Deja un comentario

Introducción

Hoy en día, difícilmente alguien puede sostener que El Capital de Marx constituye una obra acabada. De hecho, es ampliamente sabido que los volúmenes II y III de dicha obra fueron publicados después de la muerte Marx, en 1885 y 1894 respectivamente, gracias a la diligente gestión editorial de Engels, motivo por el cual, es ciertamente entendible que, a pesar de los destacados intentos de transformar una serie de manuscritos incompletos en una aparentemente obra terminada – y así diseminar la influencia teórica del pensamiento de Marx en cuando doctrina económica y filosófica – varios autores hayan comenzado a criticar los graves defectos e inconsistencias que se encontraban en El Capital (Böhm-Bawerk 1896; Tugan-Baranowsky 1905; Bortkiewicz 1952 [1906-7]). Si bien los debates que han surgido, tanto para defender la obra como también para desecharla, se han prolongado por más de 100 años, sus resultados no siempre han sido lo más productivos, especialmente debido a las ya mencionadas libertades editoriales que se tomó Engels y que en gran medida contribuyeron a obscurecer los intentos originales de Marx. A pesar de que el logro de Engels sin duda ha sido de suma importancia, el hecho es que, en última instancia, una obra inacabada no puede ser retroactivamente convertida en un “sistema” cerrado.

Sin duda la publicación de los manuscritos originales de Marx dentro de la segunda sección (Abteilung) de la nueva edición de las obras completas de Marx y Engels – conocida como Marx-Engels-Gesamtausgabe (MEGA²) – ha traído esperanzas renovadas para resolver estas controversias. La serie ha publicado la totalidad de los manuscritos económicos que dejo Marx, lo que nos ha permitido finalmente examinarlos en su forma original y, de esta manera, llevar a cabo un meticuloso trabajo de comparación entre el Marx “autor” de El Capital y el trabajo editorial de Engels (Roth 2002). En especial, de crucial importancia son los volúmenes II/4.1, II/4.2, II/4.3, II/11 y II/14, por cuanto contienen los manuscritos originales de Marx destinados al volumen II y III de El Capital, y que incluyen pasajes que Engels se negó a incorporar a la edición final de la obra. Por cierto, esto no quiere decir que la MEGA vaya a resolver la totalidad de los desacuerdos pre-existentes simplemente por el hecho de liberar a los investigadores de las “distorsiones” editoriales de Engels, en efecto, sigue siendo un hecho innegable que El Capital de Marx se encuentra simplemente incompleto. Así, para algunos la publicación de estos manuscritos sólo fortalece sus creencias en torno a una suerte de “ambivalencia” que sufre la obra marxiana (Heinrich 2012, p. 230) o que incluso ésta contiene serias “fallas fundamentales” y “confusiones” (Stedman Jones 2016, p. 398) debido a los residuos de economía política clásica que Marx buscó superar, pero que en última instancia no pudo. Leer más…

«De la Revolución de Octubre al ecocomunismo del siglo XXI»: Michael Löwy

18/09/2018 Deja un comentario
La Revolución de Octubre 1917 ha abierto un horizonte emancipador que no se ha agotado, a pesar de las traiciones, las decepciones y, finalmente, la brutal restauración capitalista. Se puede aplicar a la Revolución Rusa lo que escribía Kant en 1798 (en “Las disputa de las facultades”) acerca de la Revolución Francesa:

Pues un fenómeno tal en la historia de los hombres ya no se olvida, pues ha revelado una disposición y una facultad para lo mejor en la naturaleza humana […]. Pero aun cuando no se hubiera alcanzado ahora la finalidad que se procuraba lograr en este acontecimiento, aun si la revolución o la reforma de la Constitución de un pueblo haya fracasado […] aquella profecía filosófica no pierde nada de su fuerza. Pues aquel acontecimiento es demasiado grande, está demasiado entretejido con el interés de la humanidad y, de acuerdo con su influencia, demasiado difundido por el mundo, en todas sus partes, como para que no emerja en el recuerdo de los pueblos, en cualquier ocasión con circunstancias propicias, y como para que no deba ser despertado con vistas a la repetición de intentos de este tipo (Kant, 1983: 361).

Los proyectos alternativos del siglo XXI no empiezan desde cero: pueden apoyarse en las grandes conquistas del Octubre Rojo. La Revolución Rusa nos enseña que, para cambiar la sociedad, es necesario romper con el capitalismo, establecer la propiedad colectiva de los grandes medios de producción y organizar la planificación de la actividad económica. Esto no quiere decir que no hayan existido límites, problemas y contradicciones, aun en los primeros tiempos heroicos del poder soviético. En su opúsculo La Revolución Rusa (1918), redactado en una prisión alemana, Rosa Luxemburg se solidarizaba con los bolcheviques “que han salvado el honor del socialismo internacional”, pero criticaba varias de sus decisiones y orientaciones practicas. Algunas de estas criticas –acerca de la cuestión nacional y de la distribucion de la tierra a los campesinos – son bastante discutibles, pero otras, en particular sobre la democracia y la libertad de expresión, son profundamente acertadas. Con profética intuición, Rosa Luxemburg previo que la supresión de la democracia y de las libertades en los soviets llevarían a la burocratización y la dictadura. El triunfo de la burocracia estalinista à partir del 1924 es la trágica confirmación de esta advertencia.

Los revolucionarios y comunistas del siglo XXI no pueden, entretanto, limitarse a retomar los grandes principios del Octubre del 1917 en una versión más democrática y libertaria. Problemas nuevos han surgido, no previstos ni por Lenin ni por Trotsky; ni siquiera por Rosa Luxemburg, a pesar de su sensibilidad naturalista. Entre estos problemas, imprevistos y imprevisibles en 1917-1923, la cuestión ecológica es quizás el más importante para una reformulación, en nuestra época, del programa revolucionario. Necesitamos de un proyecto comunista alternativo al capitalismo; pero este proyecto tiene que incluir, de forma central, la relación de las sociedades humanas con el medio ambiente, con la naturaleza. El marxismo revolucionario es un pensamiento y una praxis en proceso permanente de transformación, reformulación, desarrollo. Limitarse a repetir, de forma dogmática y mecánica, los escritos de Marx o Trotsky, o tratar de copiar las experiencias revolucionarias del pasado, es un callejón sin salida. El mismo Marx nos da una lección, al transformar profundamente sus concepciones acerca del Estado o del proceso histórico, en función de nuevas experiencias, como la Comuna de París del 1871.

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«Capitalism and ecology: from the decline of capital to the decline of the world»: Paul Mattick

05/03/2018 Deja un comentario

The historical character of nature follows from the Second Law of thermodynamics, discovered more than a hundred years ago by Carnot and Clausius, spelling an increase in entropy ending in heat death. Our earthly life depends on the continuous supply of energy from solar radiation, which decreases with increasing entropy, however slowly. The period of time involved is indefinite from the human point of view, too gigantic to be taken into practical consideration. Nevertheless, the entropy law has a continuous, direct influence on the earth and therefore on the fate of humankind. Apart from the sun, the mineral wealth of the earth provides for the satisfaction of human energy needs. Its exploitation, however, hastens the transformation of “free” into “bound” energy, that is, energy no longer available for human use and degrading towards heat death. In other words, the available energy sources can only be utilized once. With their exhaustion human life would come to an end, and indeed very long before the cooling of the sun, as all the natural riches of the earth contain no more energy than two days’ sunlight.

For humanity, therefore, the Second Law of thermodynamics comes down to the limitation of natural wealth. The more slowly it is extracted, the longer humanity can live; the faster it is utilized, the sooner we will reach our end. Since consumption varies with the size of the population, the moment at which the world will collapse is connected with the population problem. In order to delay this collapse, population growth must be limited and the consumption of natural resources be decreased. To this problem, raised with regard to the capitalist world by the Club of Rome, Wolfgang Harich has turned with regard to communism, which has up to now similarly been engaged in endless economic growth.1

The old saying fits Harich: “The cat won’t leave the mouse alone.” His many years in Walter Ulbricht’s prisons have not been able to break his spirit of opposition. As after June 17, 1953 he turned against the Stalinist course in the DDR, in the interest of the DDR itself, so today he turns against the growth ideology reigning in that country, to save the world by means of communism. After 1953 the DDR should have come closer to the West in order to master its inner contradictions; today the ecological problems raised in the West should be tackled by the East, in order to prevent the destruction of the world. The abolition of capitalism is thus for Harich not only the goal of communist politics but the only adequate means to move to a world without growth, on which depends the long-term survival of the human race. He expressed his views in interviews with Freimut Duve, with the hope that they would not again be misunderstood in the DDR.   Leer más…

«Marx en el Antropoceno: Valor, fractura metabólica y el dualismo no-cartesiano»: Kohei Saito

29/11/2017 Deja un comentario

Característico del Antropoceno es la crisis ecológica que los humanos han creado sin tener conocimiento efectivo de alguna solución[1][2] . Más allá de la división entre las humanidades, las ciencias sociales y las ciencias naturales, han surgido una serie de intentos serios para descifrar un marco teórico adecuado que tenga el objetivo de comprender la formación, desarrollo y futuro del Antropoceno. Los marxistas ecológicos, de igual manera, han participado de manera activa en esta discusión, problematizando la relación entre el Antropoceno y el capitalismo, lo que ha resultado en un nuevo debate. Mientas que los eco-socialistas de la segunda generación tales como John Bellamy Foster y Paul Burkett están intentando vincular las cuestiones fundamentales del Antropoceno con el concepto de fractura metabólica, Jason W. Moore no sólo ha reemplazado el concepto de Antropoceno con el de Capitaloceno, sino que también ha rechazado el enfoque de la fractura metabólica afirmando que se encuentra atravesada de una división cartesiana y que, por lo tanto, no puede ser aplicada de manera adecuada para teorizar la naturaleza de la crisis actual. Este artículo se propone examinar por qué Marx utiliza una aparente terminología dualista en sus análisis, por medio de una crítica del entendimiento monista de Moore de la historia del desarrollo capitalista. Moore afirma que su enfoque post-cartesiano es la correcta interpretación de la economía política marxiana, sin embargo, una examinación más cerca del método de Marx revelará su dualismo no-cartesiano, el cual opera como base para una crítica radical de la actual crisis ecológica. Además, este artículo argumenta que la teoría metabólica de Marx debe ser entendida en relación con su intensiva investigación en el terreno de las ciencias naturales y las sociedades no-occidentales en orden a imaginar las posibilidades de la constitución de una subjetividad revolucionaria.

Palabras claves: Ecología, Antropoceno, crisis, capital, Eco-socialismo, metabolismo

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«Marx, naturaleza y ambientalismo: Fractura del metabolismo social y el problema de la coevolución socioecológica»: Alexander Martínez Rivillas

08/09/2017 1 comentario

Introducción

Marx fue considerado por el amplio espectro del ecologismo como un pensador que nunca impuso límites al desarrollo de las fuerzas productivas, lo que puede colegirse del “Manifiesto del Partido Comunista” (1848), por ejemplo.

No obstante, en las últimas dos décadas esta fama infundada se ha ido desdibujando progresivamente, dados los estudios bien documentados de Foster y Burkett. En varios momentos de los “Manuscritos de 1844”, Marx insinuó una idea naturalista o materialista al referirse a la ciencia del hombre como una parte de la ciencia natural.

A veces se descuida la importancia de esta reflexión, como también otras tesis anunciadas de manera general en “El Capital”, en los “Grundrisse” y en el intercambio epistolar entre Marx y Engels, sobre los problemas ambientales de su tiempo y el papel que debería jugar la noción de la naturaleza en su teoría del valor.

Las lecturas entorno al materialismo de Epicuro y de los mismos materialistas modernos, dotaron a Marx de los insumos suficientes para abordar el asunto de las bases físicas de la economía, o el problema de la “transición” de la economía de la naturaleza a la economía del valor.

La penetración del método materialista de investigación de los naturalistas del siglo XIX ya es bien reconocida en la obra de Marx, y en especial la influencia de los trabajos de Darwin. Ciertamente, los elementos de la dialéctica hegeliana fueron integrados a este materialismo para conformar un corpus metodológico bien definido, y luego fue aplicado de manera cuidada a la historia. Leer más…

«El elemento subjetivo en el debate socialista: ideas psicológicas del marxismo en los tiempos de las primeras dos Internacionales (1864-1918)»: David Pavón-Cuéllar

06/09/2016 Deja un comentario
Resumen
El presente artículo se ocupa de las ideas psicológicas desarrolladas por pensadores y líderes políticos del marxismo europeo desde los tiempos de Marx hasta la Revolución de Octubre. Se ofrece un recorrido histórico a través de temas como las implicaciones subjetivas de la controversia entre marxistas y bakuninistas en la Primera Internacional; el aspecto psicológico de la crítica del trabajo en Lafargue; la oposición entre las perspectivas psicológicas idealistas y materialistas en la Segunda Internacional y los sistemas de psicología materialista elaborados por Kautsky, Plejánov, Lenin y Luxemburgo. El análisis de tales temas permite detectar coincidencias con el enfoque psicológico del propio Marx, pero también con la perspectiva psicoanalítica de Freud.
Palabras clave: marxismo, psicología, socialismo, conciencia, teoría del reflejo

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«Ecology & the Labour Movement»: Raymond Williams

13/07/2016 Deja un comentario

2015_10_raymond_williamsEcology & the Labour Movement
A talk given by Raymond Williams at the Plinston Hall, Letchworth
2nd June 1984
Organised by the Socialist Environment & Resources Association Leer más…

«Marx’s Ecological Notebooks»: Kohei Saito

24/02/2016 Deja un comentario

Karl Marx has long been criticized for his so-called ecological “Prometheanism”—an extreme commitment to industrialism, irrespective of natural limits. This view, supported even by a number of Marxists, such as Ted Benton and Michael Löwy, has become increasingly hard to accept after a series of careful and stimulating analyses of the ecological dimensions of Marx’s thought, elaborated in Monthly Review and elsewhere. The Prometheanism debate is not a mere philological issue, but a highly practical one, as capitalism faces environmental crises on a global scale, without any concrete solutions. Any such solutions will likely come from the various ecological movements emerging worldwide, some of which explicitly question the capitalist mode of production. Now more than ever, therefore, the rediscovery of a Marxian ecology is of great importance to the development of new forms of left strategy and struggle against global capitalism. Leer más…