«Las influencias de Hegel y Feuerbach en la primera obra teórica de Marx»: Antonio Igea Laborda
INTRODUCCIÓN
La influencia de Feuerbach en la «época juvenil» de Marx fue notoria. Numerosos autores, entre los que destaca Althusser, han resaltado esta influencia en la primera etapa del desarrollo teórico de Marx. Tomando como punto de partida el Manuscrito de Kreuznach, traducido al español como Crítica de la filosofía del Estado de Hegel, que fue escrito allá por 1843, cuando Marx se hallaba en plena influencia feuerbachiana, se intenta plasmar en este artículo, la diferente manera en que la crítica a Hegel es abordada desde cada uno de ambos pensadores.
Si bien el predominio de categorías filosóficas e ideológicas es patente en este Manuscrito, no es menos evidente que el ángulo metodológico con que Marx intenta desacreditar a la filosofía hegeliana del Derecho difiere de aquél en que se sitúa Feuerbach. Mientras que para éste, la dialéctica ha de ser desechada por abstracta y mistificadora, para Marx se trata de un instrumento que, remodelado e invertido, debe servir para recoger el sentido verdadero del movimiento de la realidad. Desde luego, el tránsito de las categorías históricas a las categorías lógicas no está acabado en este Manuscrito, pero cabe señalar que de esta diferente manera de entender la cuestión del método, así como en la distinta consideración del objeto del pensamiento, surgen unas diferencias latentes, sin las que no cabe entender el curso posterior de las investigaciones de Marx, y sin las que no es posible comprender la ruptura sistemática que éste establecerá con Feuerbach en La ideología alemana (1846).
La crítica, fundamentalmente teológica que Feuerbach ejerce sobre el Estado monárquico, se diluye en la crítica marxiana, cediendo el paso a una dimensión más politizada, pero también más científica. El estatuto epistemológico de la praxis, que apareció con Feuerbach, se esboza ya, en forma germinal, tal como llegará a ser en el Marx maduro. Quiero hacer hincapié en dos cuestiones:
La primera de ellas se trata del Manuscrito de Kreuznach, que, por haberse traducido con título similar a otra obra de Marx, de redacción inmediatamente posterior a ésta, es citado a lo largo del artículo con este nombre.
La segunda es prevenir sorpresas aclarando que todas las afirmaciones que se ponen en boca de Marx, si no media aclaración pertinente, se centran en el período en que escribe esta obra: una época en la que todavía Marx no es «marxista», pero en la que buscamos indicios consistentes de su proceso de «marxistización».