«Nueva Gramática del Neo-liberalismo: itinerarios teóricos, trayectorias intelectuales, claves ideológicas»: José Francisco Puello-Socarrás
Introducción…………….. 13
El neo-liberalismo como renovación del liberalismo en el siglo XX…… 21
Genealogía, fuentes y motivaciones…….. 23
El Ordo-liberalismo …………………………… 34
La Escuela social de mercado (ESM)…………… 39
Las síntesis neoclásico-keynesianas o el keynesianismo sin Keynes… 42
Primera síntesis neoclásico-keynesiana………………. 43
Nueva síntesis neoclásico-keynesiana……………… 49
Otras síntesis neoclásicas: austriacos cum americanos…… 53
La polémica: Austriacos versus angloamericanos o el disenso neo-liberal……. 56
“Más allá de la Economía, más acá de la Política” y el consenso neo-liberal..70
¿El nuevo neo-liberalismo? Crisis, rupturas y redención de las continuidades ..79
Neo-liberalismo y ‘Nuevo’ neo-liberalismo……….. 81
Del homo oeconomicus al homo redemptoris:
el empresario/emprendedor………………………. 83
El emprendimiento como teoría……………………….. 89
El ‘espíritu emprendedor’ en la actualidad…………….. 102
Generaciones y reformas neo-liberales………………………… 102
La ‘administración pública’ del nuevo neoliberalismo……. 109
“Reinventar el gobierno”…………………….. 111
El “paradigma” post-burocrático……… 117
La nueva gerencia pública
(New Public Management)……………. 122
Nueva Gramática del Neo-Liberalismo
Nuevos foros neo-liberales……………………….. 132
Del discurso a las prácticas (discursivas)…………….. 133
Desenlaces:¿Síntomas para una nueva época? ……… 145
Bibliografía ………………………….. 153
Introducción
Aún después de (¿sobre?)vivir sus efectos, incluso bajo cualquier adjetivo, el neoliberalismo sigue siendo una palabra insólitamente ambigua. Y aunque sus traducciones más elocuentes revelan una praxis real e inobjetable ni la más perspicaz etimología o las nociones más sofisticadas que compiten por penetrar este fenómeno han propiciado un consenso estable –cuando menos, consistente– sobre ¿qué es “lo neo-liberal”?
Por paradójico que parezca, hoy por hoy, esta falaz contradicción persiste. De igual modo, el impulso casi obvio y natural de calificar al tono hegemónico de las sociedades contemporáneas del último cuarto del siglo XX y del nuevo milenio como neo-liberales.
La diversidad de las operaciones intelectuales y los enfoques analíticos que median frente a todas estas vicisitudes y que, por lo visto, buscan afanosamente encontrar definiciones correctas para el neo-liberalismo han terminado complicando su aproximación sin mostrar avances significativos en su desciframiento.
Mientras los análisis tradicionales, por lo general, agotan al neo-liberalismo en un mero evento de índole tecnocrática, desvirtuando su capacidad para provocar una verosimilitud consistente en el sentido de construir y constituir las realidades sociales, los nuevos estudios parecen abandonar sospechosamente el tópico por considerarlo un pasaje ya superado. En ambos casos, el calificativo “neoliberal” de la mano de este tipo de interpretaciones ha venido siendo identificado unívoca y directamente con el conocido “Consenso de Washington” –hermenéutica que consideramos relevante pero todavía insuficiente y que, de paso, ha llevado a corromper las controversias más actuales a nivel global pero muy especialmente en América Latina.
Este tipo de actitudes, cándidas e inexactas, tan poco rigurosas como simplistas, antes que contribuir en las discusiones han llevado a vaciar el término. La cuestión se ha tornado entonces tan confusa que el neoliberalismo puede ser al mismo tiempo cualquier cosa y nada. Una operación que también se ha aprovechado para “desconocer” y ocultar la naturaleza del neo-liberalismo en una sospechosa fetichización tristemente celebrada por sus auspiciadores como también promovida por aquellos que intentan sólo en apariencia criticarlo. Esta discusión pretende tramitar todas estas desviaciones. Desde luego, no para reducirse simplemente a un debate fraseológico sino, mejor, intentando mostrar que el neo-liberalismo implica una práctica discursiva construida, constituida y realizada por una dialéctica específica, continua y constante entre teoría y praxis.
monolítico frente a su estudio, partimos de la multiplicidad de expresiones que lo siguen animando. Al neo-liberalismo no sería posible clausurarlo exclusivamente en un plano “teórico” o relacionarlo estrictamente con una condición ideológica caricaturizada. Se caería en un error si se asume igualmente como una mera práctica tecnócrata, completamente desvinculada de cualquier proyecto socio-político estratégico.
La cuestión que, en nuestro criterio, desencadenaría muchas controversias que continúan sin resolverse, está en provocar una aproximación amplia y, sobre todo, compleja en la cual decididamente se involucren todos estos elementos simultáneamente.