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«¿Posibilidad o necesidad de la crisis? La economía heterodoxa y la gran recesión»: Juan Pablo Mateo Tomé y Alberto Garzón Espinosa

Resumen

Este artículo analiza las explicaciones de la crisis económica que estalla en 2007-08, conocida como la Gran Recesión, llevadas a cabo por autores pertenecientes a una serie de corrientes de carácter heterodoxo, como la [neo]marxista, postkeynesiana y radical. El propósito será esclarecer si se posee
una teoría de la posibilidad o necesidad de la crisis, ya que constituye un elemento importante respecto del carácter y alcance de la teoría económica de la dinámica capitalista. Para ello se va a caracterizar el conjunto de explicaciones a partir del papel de las finanzas, la distribución del ingreso (y la demanda), la política económica (neoliberal), la (sobre) producción y la evolución de la tasa de ganancia. Se concluye que, salvo excepciones, las corrientes heterodoxas sustentan una concepción de la crisis como mera posibilidad.

Palabras clave: Teoría de la crisis; Heterodoxia; Finanzas; Rentabilidad; Distribución del ingreso; Neoliberalismo.

1. Introducción

En este artículo se realiza una revisión analítica de las explicaciones elaboradas por diversas corrientes del pensamiento económico heterodoxo sobre la crisis del capitalismo que surge en 2007-08, conocida como Gran Recesión. El eje a partir del cual se lleva a cabo el estudio es la dicotomía entre lo que
denominamos la posibilidad y la necesidad de la crisis. Ello exige, por tanto, partir de una justificación respecto del significado de “economía heterodoxa”.

La delimitación más rigurosa, pero también estrecha, siguiendo a Guerrero (1997), establece como criterio para ubicar los límites de la heterodoxia o economía crítica la asunción de una teoría laboral del valor y/o la defensa de un sistema económico alternativo al capitalismo de inspiración socialista. Una
concepción más amplia de la heterodoxia puede elaborarse no obstante a partir de la contraposición a los análisis neoclásicos, austríacos y keynesianos (de la denominada “síntesis”), en virtud de compartir una serie de elementos como el rechazo a la Ley de Say o la teoría cuantitativa del dinero, la existencia
de clases (y conflictos) sociales, un enfoque dinámico, el carácter endógeno de los desequilibrios, etc.1

En esta línea argumentativa, el presente artículo toma como referencia un elemento que consideramos importante para someter a escrutinio el alcance de la crítica o heterodoxia económica, a saber: el significado y lugar que ocupa el fenómeno de la crisis en términos de su contingencia (la crisis como mera posibilidad) o como un aspecto ineludible de la acumulación capitalista (la crisis como necesidad). Para este propósito se revisan los análisis de la crisis procedentes de tres corrientes heterodoxas, [neo]marxista, postkeynesiana y radical, que caracterizamos muy brevemente a continuación.

En primer lugar, se estudian las corrientes herederas del pensamiento de K. Marx. Por una parte, el conjunto de autores que se reclaman de lo que constituye el núcleo del enfoque marxiano, la teoría laboral del valor, como fundamento de las leyes de la acumulación, y por tanto de la ley de la tendencia
descendente de la tasa de ganancia (LTDTG). Además, incluimos autores significativos que, aun no asumiendo lo anterior, sí recogen algunos de los elementos del marxismo, como pueden ser los vinculados a la Monthly Review (MR) o el grupo del SOAS londinense, y que podemos denominar como neomarxistas.

Otro de los enfoques es la economía política radical, procedente de Norteamérica, y relacionada con la escuela de la regulación francesa (Stockhammer, 2009). Posee amplias dosis de eclecticismo y notables diferencias en su seno (Guerrero, 1997), rasgos que impiden igualmente exponer una única teoría acabada de la crisis. Por tanto, nos limitamos a abordar los autores que utilizan el concepto de “estructuras sociales de acumulación” (ESA, SSA en inglés). La teoría de las ESA parte de la idea de que “el capitalismo nunca existe “en general”, sino que siempre toma una forma institucional específica” (Kotz, 2010:364), por lo que pretende describir los requisitos institucionales que satisfacen en cada momento histórico el proceso de acumulación de capital, punto central del análisis radical (véase Barceló, 1998). Se postulan así dos tipos de ESA, las reguladas, de mercado constreñido o del compromiso keynesiano, frente a las liberales o de la fase neoliberal, en función de la manera en la cual la contradicción capital-trabajo es temporalmente estabilizada (Wolfson y Kotz, 2007; Kotz, 2010). En cierto sentido, se puede afirmar que constituye un esfuerzo por completar el enfoque “abstracto” de Marx incorporando el marco no sólo de relaciones económicas, sino sociales y políticas. De esta forma se podría comprender la influencia del marco general en el que se insertan las variables económicas.

Finalmente, el enfoque postkeynesiano incluye una amalgama de autores que se vincula con la tradición de J.M. Keynes, y otros como M. Kalecki, P. Sraffa o J. Robinson. Sin embargo, su heterogeneidad analítica implica que se conforme a partir de lo expuesto por sus principales exponentes, por lo que carece de un cuerpo teórico bien definido que dé lugar a una concepción
concreta de la crisis. Por ello, mencionamos dos ramas principalmente. Por una parte, la que se inspira en M. Kalecki. Su análisis de las crisis económicas enfatiza los aspectos distributivos, los monopolios y sus implicaciones sobre la dinámica capitalista.3 Por otra, la asociada a H. Minsky y sus seguidores,
centrada en el estudio del funcionamiento de los mercados financieros. Esta corriente trata de superar las carencias explicativas de Keynes respecto del carácter endógeno de las crisis financieras (Murillo, 2009), lo que da lugar a una concepción de la crisis que pivota en torno a la idea de la inestabilidad financiera (Minsky, 1986, 1992). Asimismo, se podría añadir el análisis estructural de T. Palley, quien trata de superar las limitaciones de los anteriores e integrar aspectos de otras corrientes.

El propósito analítico radica, pues, en mostrar las diferentes explicaciones de la crisis desarrolladas por estas corrientes del pensamiento con el propósito de dilucidar si se sustenta, y en qué medida, una concepción de la crisis como posibilidad, o por el contrario si se deriva una idea de la crisis como
necesidad del proceso de acumulación capitalista.

Esta separación podría contribuir a establecer un criterio que proporcione una mejor comprensión del significado de la heterodoxia o economía crítica en el pensamiento económico si se conecta con la caracterización de la crisis como la necesaria culminación del crecimiento económico. O lo que es lo
mismo, en función del análisis efectuado de la reproducción en el tiempo del capitalismo. En este sentido, las teorías de la posibilidad de la crisis plantean implícitamente la capacidad del sistema capitalista de reproducirse automáticamente de forma indefinida. Ello puede realizarse bien en condiciones de libre mercado, de manera fácil y eficiente, o de forma errática y derrochadora,
requiriendo que la reproducción indefinida deba lograrse a condición de cumplir ciertas condiciones factibles (véase Shaikh, 1990). Por extensión, conduce a un replanteamiento del significado de la política económica desde el fenómeno de la crisis.

En la sección siguiente se presentan esquemáticamente las distintas concepciones de la crisis, como punto de partida para discutir en qué medida resultan válidas para la caracterización de la Gran Recesión. Posteriormente dividimos las explicaciones de la crisis en cinco grandes grupos, según el fenómeno enfatizado: los aspectos sectoriales (financieros), la distribución del ingreso y la demanda, la política económica (neoliberalismo), la sobreproducción y la rentabilidad del capital.

Artículo Completo

Fuente: Revista de economía mundial — V. 34., (2013)

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