«La dialéctica antigua como forma de pensamiento»: Evald Vasilievich Iliénkov
INDICE
Presentación……………………………………………………………………………………… 3
La dialéctica antigua como forma de pensamiento. ……………………………. 4
[El surgimiento de la filosofía].. ……………………………………………………… 8
[Naturfilosofía de los primeros filósofos] ………………………………………. 20
[La sofística] ……………………………………………………………………………….. 23
[Sócrates-Platón] ………………………………………………………………………… 28
[Aristóteles] ………………………………………………………………………………… 39
[Filosofía helenística] …………………………………………………………………… 53
Presentación
El trabajo que presentamos, autoría del filósofo soviético Edwald Vasílievich Iliénkov, es una obra necesaria en el panorama de la historia de la filosofía con enfoque marxista. El marxismo fue particularmente pobre en esta disciplina, pues tras el principio del “partidismo filosófico” se concentraron los esfuerzos “teóricos” en destacar los aportes del materialismo y los defectos del idealismo, perdiéndose así la posibilidad del análisis integral de los problemas filosóficos. Uno de los pocos intelectuales que, sin abandonar el principio, supo darle una interpretación culta, sin vulgarizar el significado filosófico, fue Iliénkov.
“La dialéctica antigua como forma de pensamiento” es, al parecer, el único trabajo del autor donde expone sus estudios sobre el tema, utilizando el material que brinda la filosofía antigua. El trabajo tiene particular importancia para el estudio de determinados temas de los diversos cursos de Historia de la Filosofía en la educación superior cubana, especialmente lo referido al surgimiento de la filosofía, al carácter materialista de los primeros esfuerzos dialéctico-filosóficos en Grecia, a la dialéctica de los sistemas de Platón y de Aristóteles, a los sistemas del estoicismo, del epicureísmo y del escepticismo.
Fue escrito por su autor a mediados de los años sesenta del pasado siglo y se publicó una versión abreviada en una compilación aparecida en Moscú en 1984, cinco años después de la desaparición física de Iliénkov.
Edwald Vasílievich Iliénkov (1924-1979) desarrolló su creación intelectual en la Universidad y la academia soviéticas en las décadas que siguieron a la Segunda Guerra Mundial. Participó en la Gran Guerra Patria, combatiendo en el frente alemán. Al terminar la contienda continuó sus estudios, presentando una tesis doctoral sobre la dialéctica de lo abstracto y lo concreto en El Capital de Carlos Marx. En los sesenta se dedicó a estudios sobre lo ideal y en los setenta publicó su libro más conocido, Lógica dialéctica (1974), sobre los problemas de conformación de un pensamiento verdaderamente creador (hay edición en español de 1977 y edición cubana de 1984). Murió en 1979, en plenitud de facultades. Post-mortem fue publicado su último libro La dialéctica leninista y la metafísica del positivismo (1980) y dos compilaciones: El arte y el ideal comunista (1984) y Filosofía y cultura (1990), donde se recogen sus trabajos sobre historia de la filosofía, lógica dialéctica, estética, psicología, pedagogía, etc. Fue un prolífico escritor y una persona de altísima cultura que vivió apegado a sus convicciones comunistas y a un marxismo creador, pero no claudicante. Combatió la mediocridad de la filosofía soviética de su tiempo, muy ligada a las corrientes del pensamiento burgués contemporáneas a ella, aunque externamente fueran tomadas como objeto de crítica. Su pensamiento, aunque escasamente divulgado, fructifica en la medida en que es conocido. El renacimiento de una forma culta de interpretación del marxismo está indisolublemente unido a la audacia y la responsabilidad intelectual con que Iliénkov enfrentó la misión del pensamiento.
Dr. Rafael Plá León
Santa Clara, 2009
La dialéctica antigua como forma de pensamiento.
La historia de la filosofía fue situada por Vladímir Ilich Lenin en primer lugar en la relación de aquellos “campos del saber de los cuales debía formarse la teoría del conocimiento y la dialéctica”; y este lugar lo ocupa, claramente, no solo por orden, sino también por su significado, el cual le corresponde por derecho propio en la labor de elaboración y exposición de la teoría general de la dialéctica como teoría del conocimiento y como lógica del materialismo contemporáneo.
De esto poco puede dudarse si se toma en cuenta que Lenin formuló todos sus postulados fundamentales en este punto precisamente en medio del análisis crítico de los hechos histórico-filosóficos, como conclusiones resultantes de este análisis.
Esto es perfectamente natural, puesto que en el centro de la atención de Lenin se encuentra en este caso “la dialéctica propiamente como ciencia filosófica”: como una ciencia especial con un objeto históricamente formado, con un sistema específico de conceptos y con la terminología a él adecuada, con su propio “idioma”. Se trata aquí de la dialéctica en calidad de ciencia especial, y no en calidad de método, el cual puede y debe, según Lenin, aplicarse en cualquier rama del conocimiento; y, por tanto, en absoluto se realiza solo bajo la forma de una teoría filosófica especial, sino también en forma de una comprensión teórica concreta de cualquier esfera del saber que entre dentro de la cosmovisión científico-materialista contemporánea. Se trata aquí no de la tarea de la aplicación de la dialéctica a la reelaboración de otras esferas del saber, sea la economía política o la física, la psicología o la matemática, la política económica o la esfera de las cuestiones políticas actuales, sino de la reelaboración del propio aparato de la dialéctica, es decir, del sistema de sus conceptos especiales, de sus categorías.
Aquí se da la misma situación que en la matemática: una cosa es la aplicación de los medios matemáticos a la elaboración de los datos de la física o de la economía, y otra cosa es la reelaboración teórica de su propio aparato, el cual puede y debe ser empleado después en cualquier otra esfera; y será aplicado con más éxito mientras con más rigurosidad haya sido reelaborado en sí mismo, de forma general. Pruebe a confundir estas dos tareas y en la solución de ambas surgirá una confusión, más cuando el asunto no cambia para nada por el hecho de que precisamente la aplicación del aparato matemático a la solución de tareas particulares lleva tarde o temprano a la necesidad de su propio perfeccionamiento, de su propia concreción.
Fuente: https://www.marxists.org/