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«La construcción simbólica de la mente humana»: Adrián Medina Liberty

El contenido de la conciencia, la entera
manifestación fenomenal de la mente, es un signo.
C.S. Pierce

En el principio era la palabra, así comienza el prólogo del Evangelio según San Juan. La palabra, el omnipresente verbo. La palabra desde el principio sin principio. Es decir, el logos divino y personal que crea el universo. Sin la palabra, la realidad no puede ser nombrada y, por tanto, no tiene presencia. La realidad la conocemos cuando la nombramos. El nombre que le adjudicamos a los objetos determina la forma como pensamos y nos comportamos en relación con estos objetos. Aun más la forma y la sustancia que le otorgamos a la realidad por medio de nuestras palabras constituye nuestra propia realidad “interior”. Los límites de nuestros lenguajes, enunciaba Wittgenstein, son los limites de nuestros mundos. Ergo, inventar un lenguaje es inventar una forma de vida. Aristóteles definió al ser humano como el animal depositario de la palabra (dzonn logas ejon). El hombre es creador de la palabra, pero sin ella el hombre no es.

Diderot refiere que en el jardín de un rey, dentro de una jaula de vidrio, había un orangután que tenía el aire de un san Juan predicando en el desierto. Un día el cardenal Polignac, observando al animal, le dice: “Habla y te bautizo”. Hagamos exégesis: al animal sólo le falta hablar para ser h a n o o el humano sólo le aventaja por la palabra.

Lev S. Vygotsky, psicólogo soviético fallecido en 1934, urgía a los psicólogos -contracorriente del stalinismo y de la “psicología oficial” de Pavlov, que veía al ser humano como una completa urdimbre de reflejos condicionados y que lo equiparaba funcionalmente a los animales- a retomar a un estudio de la conciencia, del pensamiento entendido como una estructura cuya actividad está mediada por símbolos, de los cuales la palabra -signo lingtiisticoo es el más conspicuo. Una palabra sin pensamiento -decía Vygotsky- es una cosa muerta y un pensamiento desprovisto de palabras permanece en la sombra. Esto es, los procesos cognoscitivos están mediados por signos que son los instrumentos primordiales de la mente humana. Para Vygotsky, entonces, el pnsamiento no sólo se expresa en la palabra sino que se realiza en ella. Confluencia precisa y puntual con C.S. Pierce: “No bay elemento alguno, cualquiera que sea de la conciencia del hombre, al que no le corresponda algo en la palabra; y la razón es obvia. Es que la palabra o signo que utiliza el hombre es el hombre mismo. Pues lo que prueba que un hombre es un signo es el hecho de que todo pensamiento es un signo” (1965, p. 121).

Vygotsky señaló que el lenguaje se origina en los intercambios comunicativos prelingüísticos que mantiene el infante -fundamentalmente por medio de gestos- con sus padres. Con base en esos intercambios, gradualmente, el niño va intemalizando los sistemas simbólicos característicos de su entomo sociocultural.

Desafortunadamente, las particularidades de esta transición del gesto a la palabra, de un intercambio gestual a una interacción simbólica mediada, se encuentran insuficientemente tratadas en la obra de Vygotsky, ya que no tuvo tiempo de desarrollar este aspecto sustantivo de su teoría debido a que un ataque de tuberculosis lo mató prematuramente cuando aún no cumplía los 38 años de edad. De hecho, la mayoría de sus proposiciones están planteadas en un nivel implícito y enunciativo, más que explicativo. Son muy numerosos los problemas y las hipótesis que, en virtud de su carácter tan novedoso como audaz, requieren un desarrollo más profundo.

A pesar del carácter tácito de muchos de sus planteamientos -0 por ello mismo-, su obra, al igual que las esculturas inconclusas de Rodin, resulta sumamente sugerente en múltiples aspectos. Precisamente, en este ensayo se intenta desarrollar con mayor detale algunas de las propiedades implicadas en el mencionado tránsito a una interacción de orden simbólico.

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IZTAPALAPA 35
EXTRAORDINARIO DE 1994, pp. 9-20

  1. Diana Ramirez
    28/05/2016 a las 03:15

    Que tal, Adrián Medina Liberty. me encanto su articulo, realmente interesante. me encantaría poder citarlo en mi tesis, si usted me lo permite. por favor dígame como podría contactarlo para su permiso. saludos!

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