«El lenguaje y la actividad humana»: Adam Schaff
Hace unos años me obligué, en cierto modo moralmente, a ocuparme de nuevo de la problemática de la Semántica General. Lo hice al criticar esta corriente en la «Introducción a la Semántica» (Einfikhrung in die Semantik,).l Considero mi deber cumplir con esta obligación, ya que – excepto los aspectos negativos que ya consideré en mi crítica – veo también lo positivo de la Semántica General, sobre todo en sus concepciones sobre la función social del lenguaje, que por lo demás no se encuentran en ninguna otra parte. Primordialmente trataré de las observaciones sobre la influencia que ejerce el lenguaje en la conducta humana. Mientras la crítica recayó a menudo desconsideradamente sobre los aspectos más vulnerables de la Semántica General, olvidó muchas veces una valoración objetiva de los mecanismos positivos contenidos en algunos pensamientos de esta doctrina.
La tesis de la que voy a ocuparme, y que por distintas razones se puede extrapolar en representante de la Semántica General, es ciertamente sencilla, pero de gran significado heurístico: las formas del comportamiento humano están a menudo condicionadas por el lenguaje, y más concretamente por impulsos de naturaleza discursiva que llevan al pensamiento hacia una dirección determinada ocasionando ciertos movimientos anímicos, fuerzas volitivas, etc. Naturalmente fui yo quien formuló esta tesis y puedo afirmar que ninguno de los representantes de la Semántica General ha formulado explícitamente una tesis como ésta. Así como tampoco se puede extraer de sus trabajos esta consideración que yo he puesto constantemente de relieve.
Naturalmente, se puede decir que esta tesis no es precisamente lo que llamaríamos original, ya que en la filosofía del lenguaje, por lo menos desde Herder Humboldt hasta las modernas teorías sobre el ámbito lingüístico, desde la filosofía del convencionalismo hasta el neopositivismo, es sabido que la forma del pensar está relacionada con la forma del lenguaje, es decir, que el lenguaje influye en el pensar.
Puesto que además las formas del comportamiento humano están de alguna manera relacionadas con el pensar, principalmente allí donde con plena conciencia se persigue una finalidad, resulta evidente que las formas del comportamiento humano, por lo menos indirectamente, están también relacionadas con ellenguaje, y que el lenguaje influye de alguna manera sobre aquéllas. A pesar de que esta coilstatación parece del todo evidente, esta idea nunca fue antes tan claramente expuesta, y en ello reside la considerable ganancia de la Semántica General. Puede que esta idea parezca ex post banal (esto ocurre a menudo incluso con los descubrimientos más significativos), pero esto no modifica en absoluto el estado de las cosas. Y esto con más razón, ya que esta idea, hasta ahora, ni fue debidamente apreciada ni aplicada a la realidad concreta por la investigación, a pesar de ser una idea de gran potencia heurística.