«Análisis neuropsicológico de las alteraciones del lenguaje»: Luis Quintanar Rojas y Yulia Solovieva
Resumen
El presente artículo analiza al lenguaje y sus alteraciones desde la perspectiva de la escuela neuropsicológica de Luria (1947). Se describen algunos de sus conceptos fundamentales, tales como funciones psicológicas superiores y su localización sistémica y dinámica en el cerebro, síntoma, defecto primario y secundario, factor y síndrome. De acuerdo a dichos conceptos, el lenguaje surge y se desarrolla durante la vida del individuo en las condiciones de la actividad humana, cumpliendo varias funciones en ella. Además, el lenguaje se localiza de manera sistémica y dinámica en el cerebro, como sistema funcional complejo (Luria, 1969; Anojin, 1980), el cual está integrado por varios eslabones operacionales, cuyo trabajo común permite realizar las acciones verbales complejas. Estos eslabones se identifican como factores neuropsicológicos, los cuales se encuentran en la base de la clasificación de las afasias de Luria (1973). El diagnóstico Neuropsicológico se realiza a través de la identificación del factor o factores que dificultan o imposibilitan la ejecución, por lo que no se limita al análisis de un solo proceso, sino que considera a toda la actividad del paciente. Se analiza el significado de la teoría de Luria para la investigación de las alteraciones y la rehabilitación del lenguaje y sus posibles relaciones con otros procesos psicológicos. Asimismo, se analiza la afectación de las esferas intelectual y afectivo-emocional en los casos de afasia, así como la aplicación de esta aproximación en la neuropsicología infantil.
Palabras clave: Afasia, Alteraciones del lenguaje, Neuropsicología del lenguaje, Cognición y afasia.
Introducción
El lenguaje, como uno de los procesos cognitivos básicos de la psique humana, ha sido estudiado por las más diversas disciplinas, como la psicología, la lingüística y la neuropsicología, entre otras. Cada una de ellas ha aportado conocimiento no sólo sobre su génesis y desarrollo en la ontogenia, sino también acerca de su desintegración en los casos de daño cerebral.
En la neuropsicología, las alteraciones del lenguaje en los casos de afasia, son prácticamente un tema obligado. La existencia de diferentes concepciones acerca del lenguaje, ha originado la aparición de diversas orientaciones para el análisis de este problema. Si consideramos que cada aproximación neuropsicológica implica necesariamente, una u otra postura teórica psicológica general, entonces no podemos separar las concepciones psicológica y neuropsicológica de los fenómenos estudiados, ya que ello tiene importancia tanto para el diagnóstico como para la rehabilitación.
La neuropsicología contemporánea aparentemente ha superado el viejo debate surgido en el siglo XIX entre los localizacionistas y los antilocalizacionistas. Sin embargo, la mayoría de las escuelas neuropsicológicas actuales utilizan el clásico modelo de clasificación de las afasias de Wernicke-Lichtheim (LaPointe, 1990; Goodglass, 1993; Benson y Ardila 1996) revivido por Geschwind (1965) y ampliamente difundido por la escuela de Boston (Goodglass y Kaplan, 1972).
Este modelo parte del principio de la localización estrecha de los procesos psicológicos en el cerebro, tales como el lenguaje, la memoria, la atención, el cálculo, etc., y tiene su fundamento en la psicología funcionalista, la cual a su vez concibe a la esfera psíquica como una serie de procesos aislados entre sí (Quintanar, 1999; Talizina, 2000). Esta concepción se manifiesta tanto en el análisis de la afasia, donde se plantea que solamente se afecta el lenguaje, como en la propuesta para su rehabilitación. En general, los métodos de rehabilitación derivados de esta aproximación, son en su base conductuales o asosiacionistas y se dirigen al síntoma, o a la adaptación del paciente a su enfermedad (Seron, 1979; Goodglass, 1987). Lo mismo sucede en los casos de afectación de procesos como la memoria, la atención y la orientación espacial, entre otros, los cuales se consideran de manera aislada, sin relacionarlos con las alteraciones del lenguaje.
La investigación de la afasia a partir de dicho modelo, permitió la identificación de dos procesos diferentes, la expresión y la comprensión o lenguaje expresivo y lenguaje impresivo, ambos relacionados con las denominadas zonas clásicas del lenguaje, la zona de Broca y la zona de Wernicke, las cuales constituyen el sustrato material de cada uno de estos procesos, respectivamente (Benson y Ardila, 1996).
En el otro extremo se encuentra la teoría del funcionamiento cerebral equipotencial (Lashley, 1929; Goldstein, 1948). En este caso se supone que los procesos psicológicos se apoyan en el cerebro como un todo, sin depender de sus partes específicas. En los casos de afectación de alguna función psicológica, todo el cerebro participaría en el proceso de reconstrucción funcional, por lo que la presencia o ausencia de rehabilitación organizada no tiene ningún significado para la recuperación exitosa del paciente, ya que su propia actividad cotidiana es la mejor vía para su rehabilitación. El método básico para la rehabilitación, en esta postura, es la organización de cualquier tipo de interacción con el paciente, siempre y cuando sea interesante y agradable para él, ya que esto garantiza su motivación. Se supone que las actividades variadas y amplias del paciente garantizan la rehabilitación del proceso psicológico alterado.
Una tercera aproximación, que sintetizó las dos anteriores, es la escuela neuropsicológica de Luria (Quintanar, 1999; Akhutina, 1996). No obstante que el nombre de A.R. Luria es conocido en todo el mundo, desde nuestro punto de vista no existe una comprensión clara de su propuesta teórico-metodológica.
Por ejemplo, Sternberg (1985) y Gardner (1997) reconocen a Luria por sus aportaciones para la elaboración de la teoría psicológica cognitiva funcionalista. Este tipo de afirmaciones no sólo no corresponde a la verdadera esencia de la obra de Luria, sino que es una conclusión paradójica, ya que Luria lejos de apoyar la teoría localizacionista y la psicología funcionalista, luchó contra ellas. Desde nuestro punto de vista, este hecho se debe a una incomprensión de los conceptos básicos de Luria.
Si bien Luria (1969, 1973) utilizó el término localización, nunca localizó a los procesos psicológicos en estructuras reducidas del cerebro. Precisamente uno de los elementos clave para comprender la teoría de Luria, es qué se localiza en el cerebro del hombre. Detrás de la localización dinámica y sistémica de las funciones psicológicas de Luria, se encuentra una teoría psicológica general. Por un lado, tenemos los planteamientos de L.S. Vigotsky, acerca del carácter sistémico de la psique humana, que excluye su división en funciones aisladas, por lo que éstas no pueden localizarse en estructuras reducidas del cerebro del hombre; y por otro lado, la teoría de la actividad de Leontiev (1975), sin las cuales es prácticamente imposible la comprensión de la neuropsicología de Luria.
En el presente trabajo analizamos el estado actual de los conceptos básicos de la neuropsicología de Luria y sus proyecciones para la investigación futura del lenguaje y sus alteraciones.
Análisis neuropsicológico de las alteraciones del lenguaje
Revista de Psicología General y Aplicada, 2002, 55 (1), 67-87
























